Una fría tarde de invierno
Tiembla del miedo a explorar sus emociones tocando su más preciado instrumemto, su guitarra.
Cabaña oculta alrededor de un bosque lleno de criaturas malevolas y siniestras, sus pies sobre una madera de sangre, sangre esparsida por todos lados e inmunes tirados sin latidos de corazón.
Sale su canto, aquel canto de queja y dolor que es lo único que le queda en su alma marchita, y puedo decir "te comprendo"
Hermoso y hermosa. Su canto se oye a lo lejos, su llamado de auxilio y lo que le toco vivir. "Sombras que tengo que matar para vivir"
A lo lejos llega un hombre tan sufrido como ella con un arma en su mano sangrienta, directo a ella.
En su camino observa aquellos cuerpos sin latido y él no expresa ningun gesto.
Silencio en el cuarto.
Ellos tienen que seguir su camino.
Nosotros ♡
sábado, 10 de diciembre de 2016
Mentalidad Sumergida
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