Senti tu clavado, dos grandes huecos brotando sandre sobre mi cuello, va deslizandose sobre mi fría piel.
Me miras con deseo, anhelo y dolor; yo aquí sin poder a donde huir, me tienes en la mira sin decirme nada.
Tengo miedo
Mi serotonina se agota y tú sin hacer nada, me tienes a tus pies soy tu sumisa has de mi lo que quieras que yo caere rendida en tus colmillos.
Ha hecho efecto el antidoto, me has envenedado de tu cruel sentimiento.